La única forma de combatir el contrabando de tabaco es hacerlo de forma conjunta y establecer lazos de colaboración entre unos y otros para enfrentarnos a las auténticas mafias
De un tiempo a esta parte, vemos con satisfacción cómo la lacra del contrabando de tabaco ya no es desconocida en los medios de comunicación. Hoy en día, tanto los que pertenecemos al sector como un porcentaje importante de la sociedad somos conscientes de los graves problemas del contrabando de tabaco, que nos afectan a todos por algún u otro motivo: a los gobiernos, por la evasión de impuestos; a los fabricantes, por el daño que ocasiona a la imagen de nuestras marcas y las pérdidas en ventas; a los distribuidores, a los estanqueros e incluso a los agricultores porque su medio de vida se pone en riesgo, a los ciudadanos porque consumen un producto de no se sabe dónde y que no ha pasado ninguno de los estrictos controles de seguridad que tenemos que pasar los que somos legales.
¿Qué ha cambiado entonces? Sin duda alguna, la forma de abordar este problema es hoy en día mucho más eficaz en cuanto a que los agentes implicados tenemos muy claro que la única forma de combatir el contrabando del comercio ilícito de tabaco es hacerlo de forma conjunta y establecer lazos de colaboración entre unos y otros para enfrentarnos a las auténticas mafias y redes delictivas que hay detrás de este fenómeno.
Este es el caso del acuerdo recientemente anunciado por el Gobierno de Gibraltar y Philip Morris. El compromiso alcanzado por ambas partes contempla el intercambio de buenas prácticas y de información sobre la evolución del mercado ilícito así como la colaboración en la formación de los agentes aduaneros para su prevención. Estas son iniciativas que en el ámbito internacional desde Philip Morris llevamos a cabo en colaboración con los gobiernos de otros países. Esto nos lleva a pensar que estamos en el buen camino, prácticamente todos los países están volcados en la lucha contra este grave problema, las relaciones entre gobiernos, fuerzas de seguridad, fabricantes, cadena de valor e incluso consumidores están comenzando a dar sus frutos.
No podemos ni debemos relajarnos por mucho que nos satisfasga ver una concienciación creciente sobre el problema, pues de nada sirven las palabras si no llevan consigo iniciativas específicas y que aporten valor. Al menos este es nuestro punto de vista, y por ello la estrategia de Philip Morris para luchar contra el comercio ilícito de tabaco se materializa en un plan integral de actuación que se diferencia por ser innovador a la par que apunta a cada uno de los ángulos de esta problemática.
Por ese motivo, desde Philip Morris ponemos el foco en líneas de trabajo de abordaje como el control de la distribución de nuestro producto, con un riguroso programa de auditoría de nuestros distribuidores y clientes en cada mercado, el conocimiento en profundidad de la evolución del fenómeno del contrabando de tabaco a través de estudios e investigaciones en puntos calientes de las zonas más afectadas, la apertura de vías de intercambio de información con las fuerzas de seguridad, el intercambio de prácticas de prevención que ya están dando resultado en otros países o el impulso de iniciativas de concienciación ciudadana.
Dentro de nuestro plan de lucha de contrabando, acuerdos como el alcanzado entre el Gobierno de Gibraltar y la compañía a la que represento son muestra de que, aunque aún queda mucho trabajo por hacer, estamos en la buena senda.